¿Cómo afecta el bullying a la salud mental de las víctimas?
Según un estudio del Molecular Psychatry, en dónde se analizaron los escáneres cerebrales de 628 adolecentes, el bullying puede llevar a cambios en el cerebro de las víctimas a corto y largo plazo.
Los escáneres mostraron que los adolescentes que habían sido bulleados crónicamente, tenían menor volumen en dos áreas del cerebro: el núcleo caudado y el putámen. El putámen regula los movimientos y puede afectar el área del aprendizaje, mientras que el núcleo caudado procesa la memoria. El núcleo caudado también es esencial para el aprendizaje y ayuda a los individuos en su toma de decisiones con base a experiencias pasadas.
Existen pruebas que indican que las personas que han sufrido de bullying tienen un mayor riesgo de sufrir depresión, ansiedad e hiperactividad. Los cambios encontrados en dichas áreas del cerebro contribuyen en gran medida a este tipo de sintomatología en las víctimas.
Estudios previos al mencionado, encontraron un vínculo entre el bullying y el alto riesgo de problemas emocionales durante la niñez, como son: la baja autoestima, problemas de desarrollo escolar, depresión y un elevado riesgo de suicidio. Sin embargo, hoy en día es un hecho que estos efectos pueden extenderse a largo plazo y llegan hasta la edad adulta.
Es importante agregar que, como individuos, cada víctima del bullying puede mostrar comportamientos diferentes durante y después de ser abusado. Los efectos a corto plazo para la víctima pueden incluir: aislamiento social, sentimiento de culpa, problemas para dormir, cambios en hábitos alimenticios, baja autoestima, ansiedad, síntomas psicosomáticos, mal desempeño escolar, etc.
Mientras que los efectos a largo plazo, cuando la víctima no busca ayuda profesional pueden incluir: depresión crónica, riesgos de pensamientos suicidas, desórdenes de ansiedad, trastorno de estrés postraumático, comportamientos autodestructivos, abuso de sustancias y dificultad para establecer relaciones duraderas y de confianza.